En marzo del 2005 tres sindicalistas fueron secuestrados en Bogotá por soldados de batallones de alta montaña. Estos luchadores sociales luego fueron llevados fuera de la ciudad, donde el ejército de ese país los ejecutó. Sus cuerpos, posteriormente, se vistieron con ropas militares de las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC), pretendiendo con esto disfrazar esta masacre como parte de la lucha contra las FARC...